
En el sexto día del encuentro, la artista plástica local e impulsora de la Bienal Internacional de Arte contó cómo llevan adelante el exitoso evento.
El parque de la Bienal, lindero al arroyo El Durazno entre las calles Ruiz Guiñazú y la ruta 11, cambió significativamente en los últimos años. De ser apenas recordada por un anfiteatro casi abandonado, progresivamente se convirtió en un lugar de recorrida constante y de tardes de mates para locales y turistas. Más aún en esta semana con la 4ª edición de la Bienal Internacional de Arte, donde hasta los acentos de toda latinoamérica se mezclan con la variedad de expresiones artísticas.
En lo que todos concuerdan es en el rol de Marité Svast, que recorre permanentemente el predio con el trayecto de punta a punta del Paseo del Estudiante. Conversa con todos y se encarga de que no falte nada: desde materiales hasta comida. «Se empieza muy temprano. Llegás y ya te esperan los artistas o los gremios que traen el material. Tenés que organizar todo para que a los artistas no les falte nada. Tenés que controlar qué material está faltando, ir a los corralones a buscarlos… es un movimiento contínuo», señaló Marité a EL DIARIO DE MIRAMAR.
La comisión organizadora también se encarga de que todo salga a la perfección. A su vez hay otros miramarenses que pasan y dan una mano con algo en el transcurso de la jornada. «Pienso que cada año la gente de Miramar se apropió más de este proyecto y es increíble lo que ha colaborado. Muchísimo. Son ferreterías, corralones, amigos, las familias… todos colaborando con cerámicos o con la compra de azulejos que son los que le dan color a la obra y es un material caro», contó.
Desde el proyecto inicial hasta la realidad
«Al proyecto lo presenté por muchos años, desde 9 años antes de que me dijera el intendente (Patricio Hogan) que sí. Antes iba y me rebotaban… pero volvía», describió Marité, al tiempo que destacó el acompañamiento de la entonces secretaria de Turismo, Cultura y Deportes y actual secretaria de Gobierno, María Eugenia Bove.
Ahora la cuestión tenía que pasar del dicho al hecho, y organizar la logística local. «Yo ya estoy acostumbrada a ir a los encuentros y sabía más o menos cuál era la logística que se iba a manejar. Pero lo tremendo era para ellos que no lo habían visto y organizar una cosa como esta era muy grande», contó.
«En la primera y segunda bienal se construyeron paredes que están realizadas gracias a que auspiciaron instituciones y algunas empresas. Ahora estamos utilizando paredes que están hechas», dijo mientras mostraba cuáles eran los lugares elegidos en este 2019. «En la otra Bienal se usaron las paredes del Natatorio y en este caso se usan las medianeras de las casas que están en el Paseo del Estudiante y parte de las paredes de las canchas de tejo, que siempre son gentiles y colaboran con nosotros porque nos dejan usar su espacio para guardar materiales y sacar el agua», detalló Svast.
Las invitaciones
Restaba convocar a los otros protagonistas: los artístas plásticos. «Son muchos años que estoy en el muralismo, desde los 19 y en distintos lugares. Somos nosotros mismos los que apoyamos proyectos de colegas que están en otros países. Cuando en 2013 hicimos la convocatoria aceptaron todos. Y hoy seguimos haciendo la convocatoria y escriben desde todos lados para participar y ya no tenemos espacio por una cuestión muy lógica: organizar esto tiene un costo muy grande y estamos acotados a la cantidad de obras que se puede hacer en cada bienal», explicó. Svast integra el grupo Plus 21 de Canadá, el COMAV mexicano y el Movimiento Internacional de Muralistas. Es embajadora cultural del distrito desde 2013 y se encargó de que el nombre Miramar recorra el mundo. Ahora fue el mundo el que quiso recorrer Miramar.
Aire, vida y creación en movimiento
«Esta bienal tiene que ver con la fuerza creadora de una ciudad, como avanza en forma creativa. La gente lo puede disfrutar y nosotros los vemos como están acá tomando mate, y los chicos jugando, me parece bellísimo» contó Marité llena de orgullo por un predio que colaboró para modificar. «El mural es transformador. En los espacios donde hay murales se transforma totalmente el lugar, además de servir como forma de educación», afirmó mientras varios grupos de estudiantes recorrían el Parque. Durante toda la semana, grupos de todo el distrito e incluso de Balcarce y un grupo del Polivalente de arte marplatense con un grupo de danzas recorrieron y recorrerán la bienal.

en la entrada al vivero (Sessions Producciones)
Por supuesto que también hay tiempo de analizar las obras junto a la artista, y el evento sirve para ver las nuevas y redescubrir las anteriores. «Charlábamos con Juan Bejarano, un artista santiagueño que ahora está trabajando en la nueva M, que los profesores de artística le están enseñando a los chicos a observar una obra. Te puede gustar o no, y a la obra no solo la tenés que mirar de lejos para ver la composición sino en este tipo de obras te tenés que acercar porque hay muchísimos materiales. De repente tenés el esgrafiado, ‘¿cómo lo habrá hecho?’, ‘con cemento o con ferritos de colores’, ‘¿tiene relieve o no?’, ‘¿o si es mosaico?’, ‘¿cuál es el trencadis?’. Trencadis es el que usa platos, tazas, espejos y todo lo que encuentran y lo llevan a la obra. El mosaico es el trabajo fino y delicado», detalló como si fuera una exposición. Por caso, mencionó como nuevo mosaico al San Andrés que hizo Mabel Medina por estos días en la Parroquia local.
«Son infinitas las posibilidades de lo que da la técnica del mosaiquismo. Podés hacer una técnica mixta con cemento con color, o cerámicos y azulejos. Para los alumnos es importante saber apreciar, valorar y analizar la obra. Y al ver y hablar con los artistas ellos explican la obra y los alumnos se quedan con que hablamos con los artistas. Y hay gente que eran alumnos en la primera bienal hasta haciendo mezclas y ahora colaboran con artistas. Se apropiaron del lugar y de las obras», explicó con mucha alegría por el legado que deja el grupo en ese sector de Miramar.
Los materiales son importantísimos. Mientras se recorren las obras, Svast contó que son provistos por el auspiciante Weber Saint-Gobain y de muy buena calidad, por lo que las condiciones meteorológicas en su armado y las climáticas para su exposición no los afectarán significativamente. «Nos acompañan desde el primer día de la primera Bienal y también con otras actividades en el distrito. Es más: cuatro de ellos estuvieron con nosotros en todo momento por si necesitábamos algo», expresó.
El acompañamiento del Municipio, privados y particulares se siente. «Ayer los miembros de la comisión hasta cocinaron para los artistas», contó entre risas y agregó: «Ya tenemos todo resuelto: las cosas están y los materiales están».
La 5ª edición de 2021
La pregunta final era innegable: «¿Ya piensan en la próxima edición?». Y claro, ya lo hacían. «Esto se está haciendo y uno ya avanza con el pensamiento. Ya estamos viendo y tenemos buenos ofrecimientos para la próxima que pienso que va a estar bárbaro», admitió.
«La Bienal es una fiesta. Hablás con los artistas y te lo están diciendo ellos. Hay mucha energía en este parque… energía positiva, por supuesto», concluyó.
La Bienal Internacional de Arte se desarrollará hasta el sábado 30, que concluirá con una cena despedida en la Mutual Cultural Círculo Italiano Joven Italia. El cronograma de actividades anexas se puede ver en el Facebook Bienal Internacional de Arte Miramar.

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