Ante la comprobación de dos robos de cadáveres, ahora tres familias pidieron a la Justicia que verifiquen si sus hijos fallecidos en el último año están en sus tumbas.
El pandemónium se expande en la comunidad miramarense, principalmente a padres de niños fallecidos a corta edad. Tras conocerse que los cadáveres de Ciro Lescano y Liam Rodríguez fueron robados en el último año a pocos días de sus inhumaciones, ya hay al menos tres familias que buscan certificar si sus seres queridos siguen en el lugar donde los enterraron.
El miércoles por la tarde, la policía acompañó a los familiares a realizar una inspección ocular, aunque no aportó datos de interés o que lleven a pensar en una profanación a simple vista.
«Sucedió que familiares tengan intranquilidad espiritual que ante el hecho consumado de que desaparecieron dos cuerpos, quieren saber si el correspondiente a algún familiar está en el lugar. Son tres denuncias que no tienen de momento no advierte ningún indicador que haga suponer que pueda llegar a trascender. No son tumbas que hayan tenido roturas, indicador de movimiento de tierras», declaró al respecto el fiscal Leandro Arévalo, momentáneamente a cargo de la fiscalía local, al portal El Marplatense.
Para autorizar una exhumación, primero debe haber una prueba que justifique la realización de la operatoria. Eso es lo que ocurrió con los casos Lescano y Rodríguez donde los objetos del interior del féretro y la ropa, respectivamente, sirvieron para ameritar la maniobra.
No trascendieron más líneas investigativas que la posibilidad de que los cuerpos hayan sido robados con el fin de ser utilizados en rituales. De todas maneras, el cambio constante de fiscales a cargo, la feria judicial y la decisión desde las altas esferas de no brindar información a la prensa complican el acceso a más datos al respecto.