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Sociedad

A 40 años de Malvinas, una carta reunió a una miramarense y a un «soldado de la Patria»

Los Héroes locales junto a Jorge y Nelly, en el repaso de la historia (NG/EDM)

EDM fue testigo semanas atrás de una de las historias desconocidas de Malvinas cuando Jorge, un militar, y Nelly, una vecina que le escribió cartas durante 1982, se encontraron frente a frente por primera vez.

Los anecdotarios o hemerotecas pueden ayudar a brindar precisiones sobre lo que ocurría el 14 de junio de 1982. Clarín titularía en letras de molde al día siguiente que «Cesaron los combates en las Malvinas» y que «Negocian el retiro de las tropas argentinas». Batata Bernardi, uno de los nuestros, recordará que fue herido a las 11:00 y que a su regreso al país debió ser trasladado al Hospital de Campo de Mayo. Fue el fin de una guerra pero el principio de otra, que cumple cuatro décadas.

Y entre esas historias que muchos tienen, con fechas que ya no vienen a la memoria pero sí los hechos e interpretaciones, están las de las «cartas a un soldado de la Patria». El coronel Jorge Gustavo Zanela, hoy a cargo de la Oficina de Coordinación de Veteranos de Guerra de Malvinas, reunió decenas de veces a remitentes y destinatarios de esos envíos, pero esta vez pasó a ser el protagonista de la historia.

A decir verdad, dentro de la maraña de fechas, este encuentro ocurrió a fines de febrero y el día a día de EDM hizo que se postergue esta publicación. La noche antes al encuentro, el veterano Jorge Ferreyra escribió a nuestra redacción y avisó hora y lugar: «Hay una linda historia de Malvinas que tienen que conocer», envió.

La reunión fue en un hotel céntrico, que la familia de Nelly posee desde hace décadas. Y Jorge, sin siquiera suponerlo, disfrutó de varias temporadas en la ciudad paseando frente a la puerta sin saber que ahí estaba una de las personas que lo alentó a seguir en ese otoño de 1982.

El reencuentro

«No sé si escribí una o muchas. Pero tuve la alegría después de no mucho tiempo de recibir esta carta, que venía con el sello de Puerto Argentino. Ahí, el subteniente -en ese entonces- me contaba cómo era, a cargo de cuántas personas estaba… y se ve que yo le contesté otra vez. Después cuando llegó a tierra me manda una segunda carta, con la idea de conocernos en algún momento. Yo las fui guardando, y le escribí a la dirección que él me ponía… pero esta carta nunca llegó a su destino, porque decía ‘Se ausentó’. La guardé y nunca la abrí, así que lo que dice no lo sé. Lo va a tener que saber él porque yo no me enteré de nada. Estuve esperando 40 años para entregársela», contó la protagonista local de la historia, en la visita de EL DIARIO DE MIRAMAR y F5TV.

Jorge, en ese momento, había sido trasladado desde Córdoba a Comandante Luis Piedrabuena por su carrera militar, pero no había notificado esa nueva dirección a la miramarense. «Recibíamos bolsas de correspondencia de las que decían ‘a un soldado en Malvinas’. Repartíamos las cartas y algunas nos quedábamos nosotros, yo era subteniente y estaba a cargo de seis cañones de artillería. Aparte de las cartas a su familia enviábamos a las de personas del país que nos daban su apoyo que era muy importante. A fines del ’82 me sacan el pase a la Patagonia y ahí, pierdo el contacto, por eso esta carta volvió al remitente porque nunca la recibí… excepto hoy», relató, sin evitar emocionarse.

El nexo llegó por contactos que reactivó la miramarense. «40 años esperando, pero siempre tuve la ilusión de entregarla. Ojo que acá le decía a mis hijos o a quién quedara que esto tenía que ser muy bien guardado», remarcó Nelly. «Estoy a cargo de los veteranos del Ejército y del Ministerio de Defensa, y a esto lo hago siempre, todos los años hacemos este encuentro con alguien que quiere ubicar a un veterano. Siempre lo viví de afuera y ahora estoy adentro», respondió el Héroe.

Jorge se reencontró con su letra manuscrita y sus historias en el patio del hotel (NG/EDM)

Tan cerca

«Siempre vine a Miramar con mi familia. He pasado por la peatonal 500 veces y estaba acá, a 5 metros. El destino hizo que esta chica se ocupe, nos contacte por la Oficina de Coordinación del Ministerio de Defensa y yo estuve descreído totalmente. Cuando me dijeron dije ‘Na, no debe ser una carta mía’ y por eso le mandamos a pedir las pruebas, y cuando vi mi firma y todo, vine, y acá estoy, cumpliendo una obligación de conocer a una señora que en el año ’82 escribía a los soldados», prosiguió Zanela.

Con los dos allí y los veteranos locales y nosotros de testigos, la intriga fue qué hacer con la carta cerrada. «Pasa que está cerrada y yo soy casado y ella también. No sé lo que me dirá», arrancó Jorge. «Yo en ese entonces tenía 40, ahora no sé lo que le podré haber dicho a él, un muchacho joven… ¡vos por las dudas no la abras! O leela en privado», respondió Nelly entre risas.

El sentimiento Malvinas

«Esto pasa a lo largo y a lo ancho de la Argentina porque independientemente del gobierno que estaba, el sentimiento Malvinas unifica todo. Todavía hoy debe ser una de las pocas ideas que nos une a todos, sin partidos políticos ni nada. Esto sigue siendo parte de lo que pasó hace 40 años y espero que nuestras generaciones sigan con el mismo sentimiento que tenemos nosotros sobre las Islas y lo que pasó», inició su conclusión Zanela, quien asiduamente mantiene viajes por el país junto a veteranos por su nuevo rol.

«Malvinas son tres meses de nuestra vida, de abril a junio. Pero son tres meses que nos han marcado para siempre, nos dejaron algo imborrable que nos une y es muy fuerte. Ahora con los 40 años creo que va a tener un sentimiento muy importante para todos», finalizó.

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