El hecho ocurrió en junio de 2020. Jonathan Urrutia y Marcelo Piris habían llegado en libertad al juicio que se hizo en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1.
Dos hombres de 26 y 33 años que en junio de 2020 asaltaron a un hombre que estaba con sus hijos menores, lo maniataron y golpearon en distintas partes del cuerpo en el interior de su casa en Miramar fueron condenados a penas de hasta siete años de prisión luego del debate que se hizo en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1. Una de las singularidades del juicio es que por mayoría, los magistrados ordenaron detenerlos apenas leída la sentencia.
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Los jueces hallaron a Jonathan Urrutia (26) y Marcelo Piris (33) coautores del delito de robo calificado por el uso de arma de fuego apta para el disparo y por su comisión en lugar poblado y en banda, en concurso ideal con abuso de armas. Mientras que al primero le impusieron una pena de seis años y ocho meses de prisión, al mayor lo condenaron a siete años.
Según la investigación a cargo de la fiscal Ana María Caro, los dos imputados y un tercer sujeto sorprendieron a un hombre que estaba con sus hijos de cinco años en una casa ubicada en calle Santa Ana al 900 del barrio de Parquemar. Los sujetos ingresaron, lo maniataron, golpearon en distintas partes del cuerpo con los puños, pies y un elemento romo de metal para robar un celular, mil pesos y un manojo de tres llaves.
En su huida, los sujetos fueron sorprendidos por un testigo que los alumbró con la luz de su moto. Como respuesta, uno de ellos le efectuó una detonación con el arma de fuego del tipo escopeta que portaba, que no fue secuestrada, y no llegó a lesionarlo.
Para los jueces Juan Manuel Sueyro, Ricardo Perdichizzi y Néstor Conti no quedaron dudas acerca de la participación de ambos imputados en el hecho. «La prueba resulta concordante y suficiente, y la versión de ambos acusados no llega a deteriorar su poder convictivo», señalaron.
Si bien para el primero de los jueces no pudo probarse durante el debate la existencia de una arma de fuego, los otros lo dieron por demostrado y que «fue utilizada a los fines de ejercer violencia con el fin de lograr impunidad por parte de los involucrados».
Los magistrados también difirieron en las circunstancias atenuantes para ambos, aunque coincidieron en definir como agravante la nocturnidad ya que la víctima estaba desprevenida en su casa y bañando a sus dos pequeños hijos, por lo que «su posibilidad de reacción resultó prácticamente nula».
El Tribunal condenó a ambos sujetos como coautores de robo calificado por el uso de arma de fuego apta para el disparo y por su comisión en lugar poblado y en banda, en concurso ideal con abuso de armas. A Jonathan Urrutia le impuso una pena de seis años y ocho meses de prisión y de siete años a Marcelo Piris.
El juez Sueyro no acompañó el pedido fiscal de detención al considerar que ambos se mantuvieron a derecho durante el largo tramite de esta causa y, de acuerdo a lo observado en el debata, no había motivos «para representar peligro de fuga, menos aún entorpecimiento probatorio». Sin embargo, el voto de Perdichizzi y Conti fue en sentido contrario y se ordenó su inmediata detención y traslado a la Unidad Penal 44 de Batán.
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