La comunidad parroquial de San Andrés Apóstol celebró este domingo 30 su fiesta patronal con una multitudinaria misa y una procesión por las calles de Miramar. La celebración fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Ernesto Giobando SJ, y concelebrada por el párroco, presbítero Luis Albóniga.
Tras la procesión, que convocó a numerosos fieles y movilizó a toda la comunidad, tuvo lugar la Eucaristía en honor al santo patrono. En su homilía, el Obispo destacó que la celebración coincidía con el inicio del Adviento, recordando que «este color morado significa tiempo de preparación: nos preparamos para la Navidad, pero también para la segunda venida de Jesús, que volverá lleno de gloria y de luz».
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Invitó asimismo a vivir la vigilancia evangélica: «Jesús nos pide estar preparados; Él no es un ladrón, sino el Hijo de Dios que viene a salvarnos». Señaló la importancia de mantener el corazón abierto a Dios: «Lo esencial es tener hambre de Jesús; esa hambre de Dios no hay que perderla nunca».
Tomando el lema de la fiesta, exhortó a los presentes a «echar las redes de la esperanza», y agregó: «Hoy también tenemos redes en nuestras manos: el celular. Que en esas redes sembremos esperanza y no confusión ni división».
Recordó que San Andrés fue el primer discípulo llamado por Jesús, quien llevó luego a su hermano Pedro al encuentro con el Señor. Por ello animó a la comunidad a ser testigos de esperanza: «Lo que nos pacifica es el servicio; servirnos unos a otros es la llave para vivir en paz».
Finalmente, invitó a aprovechar este tiempo de Adviento para una auténtica preparación interior: «Que estos días no sean sólo pensar en lo que vamos a comer o comprar, sino prepararnos de verdad para la venida de Jesús».
La celebración continuó con la tradicional kermesse y hasta música y danzas que se dieron cita frente a la Parroquia y el Tinglado, con el respectivo corte de calle.
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